CARAVANA PASO A PASO HACIA LA PAZ
MOVIMIENTO CIVIL EN CONTRA DE LOS SECUESTROS DE LAS PERSONAS MIGRANTES EN MÉXICO
En Enero de 2011 un movimiento nació. En respuesta a secuestros de migrantes en el estado de Oaxaca en 2010 y una larga historia de asaltos, extorsión, violación, y impunidad en la región sur, se realizó la primera etapa de la Caravana Paso a Paso Hacia la Paz. Empezando desde el albergue ” hogar de la misericordia ” en Arriaga, Chiapas, donde los migrantes inician su viaje en tren rumbo al norte, recorrimos la ruta del migrantes. Caminamos por la carretera, llegando a Chahuites, el primer pueblo entrando a Oaxaca de Chiapas, donde la comunidad nos recibió con mucho apoyo y se comprometió a velar por los derechos humanos de los migrantes. De allí, seguimos hasta Ciudad Ixtepec, cumpliendo la primera etapa de la caravana y de la ruta del migrante.
Debido a este movimiento, la ruta de los migrantes entre Arriaga y Ixtepec es hoy día mucho mas seguro. No han habido mas secuestros masivos en esta región hasta la fecha, y el estado se ha comprometido públicamente en proteger los derechos humanos de los y las migrantes. Pero eso no quiere decir que podemos parar. Hoy, mas que nunca, es importante que mantengamos la presión en esta región, para que no volvamos a los tiempos anteriores. A la vez, tenemos que ver adelante, al estado de Veracruz, uno de los lugares principales de secuestros de migrantes.
El origen de los secuestros de las personas migrantes en México está vinculado con los territorios controlados por el crimen organizado. Principalmente, en los estados de Tamaulipas, Tabasco y Veracruz, la presencia y control de la delincuencia organizada, y su vínculo con las autoridades locales, estatales y federales, han convertido estos sitios en tierras sin ley. Lamentablemente, en estos estados, la justicia es una quimera remota, una ambición atrincherada, el espejismo de una democracia fallida.
Es en estas tierras en las que ocurren los secuestros masivos en contra de la población migrante, siempre bajo la opacidad de una autoridad omisa, insensible y sin vocación ni preparación para enfrentar al crimen organizado.
En este sentido, el estado de Veracruz ha sido pionero: se ha convertido en lugar de referencia en cuanto a secuestros y agresiones cometidas en contra del flujo migratorio en tránsito por sus localidades. La población civil de este estado, también se encuentra paralizada por la impunidad. Las autoridades han desplazado la obligación de velar por el bienestar social y la justicia, a favor de los intereses del crimen organizado. La sociedad veracruzana se encuentra hoy en un alarmante estado de desamparo, pues el simple hecho de pronunciar la palabra “zeta” puede ser motivo de persecución, extorsión e incluso la muerte.
Los zetas han logrado generar ganancias millonarias mediante el secuestro masivo de los migrantes en tránsito que la penuria ha obligado a viajar en trenes de carga. Sin embargo, el costo de estas acciones se traduce en la multiplicación de cementerios escondidos, fosas resguardadas en el olvido y cadáveres sepultados en la deshonra del gobierno mexicano. La masacre de nuestros hermanos centroamericanos es evidente. Por los más de 10 mil secuestros cada seis meses, las familias residentes en Estados Unidos y Centroamérica han pagado el precio de la incompetencia gubernamental y la cotidiana corrupción que abruma al país.
La Caravana Paso a Paso hacia la paz, reclama el derecho inalienable de toda persona a migrar, a ejercer la libertad de expresión y manifestación. Exigimos al gobierno federal que otorgue a su ciudadanía la seguridad necesaria para el desarrollo social y económico, para transitar sin ser molestados, para devolver la paz a los hogares mexicanos y a nuestros hermanos migrantes en tránsito por México. Este nuevo tramo de la “Caravana Paso a Paso Hacia la Paz” constituye un riesgo necesario porque el gobierno de Veracruz ha negado sistemáticamente los secuestros. No hay información sobre servidores públicos que hayan sido procesados por sus nexos con el crimen organizado, salvo agente de la policía municipal y algunas personas provenientes de Centroamérica; sin embargo, nunca se han levantado cargos contra los líderes de la delincuencia organizada o contra los funcionarios de gobierno que, por comisión y omisión, han permitido el secuestro. Nuestra esperanza radica en la comunidad veracruzana dentro de la que hacemos un llamado a la feligresía de las diferentes denominaciones religiosas y a sus respectivas jerarquías.
Nuestro lema “La Paz es Fruto de la Justicia”, busca revalorar el trabajo de todos aquellos involucrados en la protección de los derechos humanos de los hermanos migrantes. Replantear que la paz, como proyecto social, resulta de la correcta implementación de la justicia, requiere la participación de la sociedad civil, para que pueda gestarse un nuevo pacto nacional. De esta manera, la nueva reflexión sobre el concepto de paz tiene incidencia legislativa, en la que se necesita la absoluta responsabilidad y la no omisión de las autoridades.
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CARAVAN STEP BY STEP TOWARDS PEACE
CIVIL MOVEMENT AGAINST THE KIDNAPPINGS OF MIGRANTS IN MEXICO
In January, 2011 a movement was born. In response to the kidnapping of migrants in Oaxaca in 2010 and to a long history of assaults, extorcion, rape, and impunity in this southern region, the Caravan Step by Step Towards Peace was launched. Begininng at the shelter “Hogar de la Misericordia” in Arriaga, Chiapas, where migrants start their journey on the train towards the north, we followed the migrant route. We walked along the highway, arriving in Chahuites, the first town entering Oaxaca from Chiapas, where the people received us with a lot of support and they made a commitment to stand up for the human rights of migrants. From there we continued on to Ciudad Ixtepec, completing the first stage of the caravan and also the first leg of the migrant route.
It is in these lands in which mass kidnappings are carried out against the migrant population, directly under the nose of an authority that chooses to look the other way, and which lacks both the desire and capacity to confront organized crime.
In this sense, the state of Veracruz has become a pioneer: it has become the example of kidnappings and aggressions committed against the migrants that travel through Mexico. The authorities have abrogated their responsibility to ensure social wellbeing and justice in favor of the interests of organized crime. Veracruz society finds itself today in an alarming state of abandonment, when the simple act of saying out loud the word “zeta” can mean persecution, extortion, and even murder.
The Zetas have generated millions in profits through mass kidnappings of migrants in transit, for whom extreme poverty has obligated them to travel on freight trains in order to reach their families or start the search for a better life. The terrible cost of these actions can be seen in the hidden cemeteries which dot the state, the forgotten mass graves, and the unclaimed bodies buried in the shame of the Mexican government. The massacre of our Central American brothers cannot be ignored. More than 10,000 migrants are kidnapped every six months in Mexico. Those migrants’ family members in the United States and Central America have literally paid a high price in thousands of dollars in ransom money for the government’s incompetence and the corruption that overwhelms the country.
The Caravan Paso a Paso hacia la paz recognizes the fundamental right of all people to migrate, to exercise their freedom of expression and to protest. We demand that the federal government guarantee the security necessary for social and economic development, to be able to travel without being harassed, and to return peace both to Mexican homes and to our migrant brothers as they pass through Mexico.
This new leg of the “Caravan Step by Step towards peace” is crucial because the Veracruz government has systematically denied that kidnappings occur on its soil. There is no information about public servants that have been prosecuted for their links with organized crime, with the exception of a single agent of the municipal police and a few people who come from Central America; however, they have never brought charges against the leaders of organized crime or against the government functionaries who, either by commission or omission, have allowed the kidnappings to happen. Our hope lies in the Veracruz community, the members of the different churches in Veracruz and the religious leaders there.
Our motto “Peace is the fruit of Justice” reflects what is at the base of the work done by all those involved in the protection of the human rights of our migrant brothers. We reaffirm that peace, as a social project, comes from the fair implementation of justice, and requires the participation of civil society, so that they can generate a new national compact. Peace, understood in this way, requires an absolute end to the impunity, collusion and the simple failure of the government to act.
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